lunes, 10 de marzo de 2014

La tienda.

Se encontraron donde menos esperaban, esa tienda de deportes fue él punto de reunión; ella entro a la tienda, lo vio ahí ; de espaldas a la puerta, se le acelero el corazón, después de tanto tiempo, de tanto extrañarse iban a encontrarse.

Él curioseaba por la tienda, esperándola, presintiéndola, anhelando su encuentro, volteo instintivamente y ahí estaba ella, caminando lentamente hacia él, se miraron, se abrazaron, suspiraron, se volvieron a enamorar.

Todos los miraban con extrañeza, vaya punto para reencontrarse, pero así es el destino, después de tanto tiempo de buscarse, de perseguirse por la vida, se venían a encontrar en es lugar. Se sentaron en un rincón de la tienda, sin saber que hacer, sin saber que decir, tanto tiempo había pasado desde la ultima vez que se se tuvieron cerca.

Les sudaban las manos, se sentía el temblar de sus cuerpos tan solo con el roce de sus hombros, de sus piernas, sentados uno al lado del otro, sin saber como romper el silencio, evitando mirarse a los ojos y colapsar todo el universo.

Nerviosamente ella le tomo la mano, olvido por un momento el lugar y lo que ello implicaba, lo hizo, así sin más, no podía esperar más quería sentir las manos que daban vida a la música, a las letras, a los dibujos, a sus deseos. Ella lo miraba, él no quería hacerlo, sabia lo peligroso que sería si la veía a los ojos, no iba a dejarla ir nunca más.

Hablaron poco, se dijeron más entre suspiros, la cercanía hizo que dejara de dolerles la piel por no tocarse, por extrañase infinitamente. Él la miraba de reojo - Le gustaba verla de perfil -  mientras ella buscaba las palabras para decirle todo aquello que la hacía sentir tenerlo en su vida.

Al rededor de ellos seguía girando el mundo, las cajeras de la tienda se preguntaban ¿Que hacían esos dos extraños, ahí nada más sentados?, de pronto él atinó a decir - Estamos esperando a que entre nuestro hijo a la tienda - . "Nuestro"  pensó ella, que increíble sonaba esa palabra, cobraba un nuevo significado, le permitía soñar con ese mundo paralelo, donde se tenían, donde se sabían, donde eran.

Se le acelero el corazón y no resistió más, le dejo un beso en el cuello, le roso la mejilla con la nariz y le regalo un te quiero. Palabra que se quedaba corta pero encerraba todo lo que ella tenía para darle, te quiero en mi vida, te quiero en mi mundo, te quiero en mis letras, te quiero en mi piel, te quiero en silencio, te quiero a gritos, te quiero dentro, te quiero feliz, te quiero para siempre.

Ella se levanto y salió de la tienda sin mirar atrás, dejandole a él su corazón.




 

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